Basado en hechos reales
Sábado. Nueve de la mañana. El historietista regresa al hostal, una antigua casona situada a pasos de la rambla rosarina. La puerta de calle permanece abierta durante el día. Ella conduce a una larga y empinada escalera. En la mitad de la escalera hay una segunda puerta, de vidrio, con timbre y portero eléctrico.
El historietista toca y aguarda. Muchas veces el encargado se encuentra lejos, y la apertura puede demorar unos momentos.
De pronto algo hace que el historietista mire por detrás de su hombro. La oscura figura lo mira inmóvil desde el primer escalón. Ojos muertos. Perdidos. Rostro sin expresión facial, ropas rasgadas y carcomidas. La figura empieza a mover su cadavérico cuerpo y sube el primer escalón. El historietista, más sorprendido que incómodo, intenta un tímido saludo. La criatura no responde y avanza al segundo escalón. La mirada perdida no se aparta del historietista, mientras trepa hasta el tercer escalón.
La sorpresa inicial se vuelve preocupación y el historietista vuelve a tocar el timbre, esta vez con mayor insistencia. Sigue sin haber respuesta. El historietista cuenta los escalones que los separan. Son quince. La criatura ya está en el quinto. Los timbrazos ser repiten. Mas prolongados y mas insistentes. La criatura extiende su brazo intentando alcanzarlo. Ya está en el escalón diez. La mano de la criatura –con dedos demacrados, imposiblemente largos- casi puede tocar el rostro del historietista. Con un nuevo paso, son solo cuatro los escalones que los separan.
El timbre suena. La puerta de vidrio se abre detrás de él. El historietista la atraviesa y la cierra atropelladamente.
Aliviado, mira hacia la puerta de calle, pero la criatura ha desaparecido. El encargado del hostal se asoma hasta la escalera. Su rostro está pálido. Desde la cámara de seguridad ha visto a la criatura. Su expresión de terror es indisimulable.
Los residentes del hostal no toman en serio el relato. Algunos lo ignoran. Otros se ríen. Pero desde ese día, todos miran dos veces antes de subir la escalera del hostal. Especialmente en las mañanas.